"La Cámara de Platón" es la presentación más reciente de Churchland de sus teorías del aprendizaje y de la representación mental, así como su relación con los problemas de la epistemología y la filosofía de la ciencia. El libro está escrito claramente, con un estilo cautivador, y recoge muchos de los debates que Churchland ha incurrido en el transcurso de los últimos 30 años.
Tras un capítulo introductorio que resume su posición, los siguientes dos extensos capítulos, están destinados a proporcionar una teoría neural realista de lo que Churchland llama "primer nivel de aprendizaje." Este es el nivel de aprendizaje que se fundamenta en el conocimiento de aquellos elementos estructurales y causales del mundo que son invariantes (los referidos en el título del libro), un conocimiento que es el producto de la modificación gradual de las conexiones sinápticas entre las neuronas.
Si bien esta idea por en un primer momento se explica en términos de algoritmos de corrección de errores (en el capítulo 2), luego se sustituye por un mecanismo más neutralmente-plausible, el de la plasticidad de Hebb ("las neuronas que se disparan juntas, se conectan entre sí", en el capítulo 3). De cualquier manera, el resultado es un gran conjunto de poblaciones neuronales, tal que cada una de ellas han sido esculpidas en un mapa-característico de una dimensión alta sobre algún dominio. (De hecho, Churchland repetidamente se devuelve a la idea que la mente es un compuesto de múltiples mapas). En el caso del reconocimiento de rostros, -por ejemplo-, la población neuronal correspondiente, representa las diversas dimensiones a lo largo de las cuales, las caras pueden diferir entre sí. El reconocimiento de un rostro en particular entonces, se conseguirá con la mayor actividad en una región neuronal específica, y esta región neural es denominada por Churchland, como: "estado-de-espacio", que corresponde a la intersección de las activaciones de los niveles a lo largo de cada una de las dimensiones del espacio que son evocadas por el rostro reconocido.
El capítulo 4 se ocupa a continuación de lo que Churchland llama "el segundo nivel de aprendizaje", que consiste en la redistribución de los marcos conceptuales para nuevos dominios. A la vez, Churchland, da cuenta de los cambios en los paradigmas de descubrimiento científico. Un caso, es que se detiene a dar cuenta de manera extensa, sobre la intuición de Newton, en torno a la fuerza que hace que las manzanas que caigan al suelo y como estas a su vez pueden explicar la órbita de la Luna alrededor de la Tierra (p.192-194). Discute una variedad de otros ejemplos famosos, con los cuales Churchland plasma una reivindicación del realismo científico, y así refutar las famosas objeciones anti-realistas, como la pesimista meta-inducción y la indeterminación de la teoría por la evidencia. Mientras que la segunda objeción recibe un debate muy largo que no podemos examinar aquí, la idea principal de la réplica de Churchland a la primera, es que la historia de la ciencia consiste en sustituir nuestros mapas parcialmente correctos por otros mapas que tienen un mayor rango explicativo y predictivo. Se propone así una visión optimista de meta-inducción, en el sentido que podemos esperar que futuras teorías que consisten en mapas que son cada vez más precisos que aquellos parcialmente correctos como los que usamos hoy en día.
El Capítulo 5 describe el tercer nivel de aprendizaje, que tiene un sentido exclusivamente humano. Este es el aprendizaje cultural (utilizando especialmente los recursos del lenguaje natural), así como la actividad cognitiva colectiva que implica la comunicación y el debate. Una cosa que Churchland destaca, es sobre cuánto este tipo de tercer nivel de aprendizaje ha consistido en la invención de los mecanismos de regulación para mejorar el aprendizaje en el segundo nivel y para permitir una transmisión más eficaz de los conocimientos. Estos incluyen desde la nemonición de los registros básicos hasta las normas comunes de evaluación epistémica.