28 ene 2012

El Alma hecha Cuerpo (Entrevista con Carl Zimmer)

¿Reside el alma en el cerebro humano? 
Con entrevista a Carl Zimmer por Eduardo Punset

A partir del siglo XVII Thomas Willis, prefigura del pensamiento evolucionista, afirmó que memoria, aprendizaje y emociones eran productos de los átomos del cerebro, de la química 

Doscientos años más tarde, Darwin acogería alguno de estos principios en su Teoría de la Evolución  Carl Zimmer, escritor de ciencia en el New York Times, quien nos llevará a través del siglo XVII desde Thomas Willis hasta a la actualidad, donde todavía la conciencia sigue siendo un misterio.
Thomas Willis: Pathologiae Cerebri et Nervosi Generis Specimen (1667)


EL PENSAMIENTO EVOLUCIONISTA
A lo largo del tiempo se ha creído que el alma residía en el corazón, el motor de la vida. Durante miles de años de civilizaciones, cuando se enterraban los muertos, se dejaba el corazón intacto. No se pensaba en el cerebro como el órgano en el que se ubica nuestro sentido del yo, nuestra personalidad, nuestros recuerdos. Fue a partir del siglo XVII cuando Thomas Willis y sus colaboradores afirmaron que la memoria, la capacidad de aprendizaje y las emociones eran en realidad producto de los átomos del cerebro, de la química.
Cabe preguntarse si nuestro cerebro es semejante al de otras especies. Por ejemplo, ¿los caballos usan las mismas partes del cerebro que nosotros para encontrar la comida en un prado? A preguntas como éstas contestó Thomas Willis, prefigura de un tipo de pensamiento evolucionista, que, 200 años más tarde, Darwin acogería en la Teoría de la Evolución de las especies por medio de selección natural.
Charles Darwin: On The Origen of Species by means of natural selection (1850)


Mientras la mayoría de gente del siglo XVII pensaba que las personas que tenían ataques epilépticos eran poseídas por el demonio, Thomas Willis pensaba que mediante la alteración química de la actividad cerebral se podían curar muchas enfermedades. Ahora sabemos que con sólo tomar una copa de vino podemos modificar nuestro cerebro. Y la pregunta que nos planteamos es: ¿cómo cambiarlo del modo que realmente queremos?

La neurobiología de la conciencia de Antonio Damasio


La educación emocional (Redes, 394)
Con Antonio Damasio entrevistado por Eduard Punset
Tomamos decisiones todos los días, pero: ¿conseguimos ser totalmente racionales en la elección? ¿Influyen nuestras emociones en las decisiones que tomamos? ¿Podemos decidir sin sentir nada?
No podemos eliminar las emociones de nuestro cuerpo, forman parte de nuestra propia biología. El sistema límbico es el responsable de nuestras emociones y su actividad se dispara cuando nos enfadamos, o sentimos miedo. Las emociones pertenecen al cuerpo y los sentimientos a la mente, pero van totalmente ligados. ¿Puede un organismo sin sistema nervioso tener sentimientos?
Existen emociones buenas y emociones malas. El objetivo de una buena educación para una sociedad próspera es que se cultive lo mejor y se reprima lo peor de la naturaleza humana, pero ¿podemos organizar nuestras emociones?
Es importante entender el conocimiento científico sobre la biología neuronal de las emociones y los sentimientos, porque muchas de las reacciones que consideramos patológicas en nuestra sociedad, tienen que ver con las emociones sociales. Esta semana entrevistaremos a Antonio Damasio quien ostenta la càtedra David Dornsife de Neurociencia y Neurología, además es director del Instituto Cerebro y Creatividad de la Universidad de Southern California. Damasio tiene como uno de sus objetivos comprender las emociones sociales para poder así abordar el conflicto social

Damasio asegura que los sentimientos son en primera instancia un fenómeno físico. Nuestro cuerpo reacciona de una forma u otra según el entorno y las circunstancias que lo rodean. Una vez el cuerpo ha reaccionado, el cerebro asimila estos cambios y los traduce al lenguaje de las emociones. Es entonces cuando sentimos. Tras ello, podemos racionalizar lo que sucede y tomar una decisión meditada. Es decir, las emociones son biologicamente indispensables para tomar decisiones.
Antonio Damasio, establece la relación entre los sentimientos y la anatomía del cerebro, pone de manifiesto la importancia de la conexión entre el córtex frontal y las zonas profundas del cerebro -como la amígdala- a la hora de tomar las decisiones comunes para cualquier persona que se enfrente a la necesidad de actuar frente a la sociedad. Un puente entre lo intangible y lo puramente material. Sus aportes a la neurociencia cognoscitivas surgen como resultados de las investigaciones de su grupo de investigación de la Universidad de Iowa -entre los que resaltan Hanna Damasio, Ralph Adolphs y Antoine Bechara. Para los Damasio los sentimientos son en primera instancia un fenómeno físico